miércoles, 10 de diciembre de 2008

25 años de Democracia en Argentina - Entrevista a Marta Oyhanarte - Le Monde diplomatique

Le Monde diplomatique / el Dipló / Diciembre 2008
La tarea de construir ciudadanía - por Carla Maidán*

En 2003, Marta Oyhanarte asumió el desafío de dirigir el programa “Auditoría Ciudadana”, que la Subsecretaría para la Reforma Institucional y Fortalecimiento de la Democracia lleva adelante en el marco de la Jefatura de Gabinete de Ministros, con el objetivo de fortalecer la relación entre el Estado y la sociedad civil. Una de las metas centrales es establecer reglas de juego claras entre gobernantes y gobernados.

Uno de los espacios clave para que la comunidad se involucre en los asuntos públicos son los Foros Cívicos, espacios para el diálogo y la acción, a los que ya se sumaron más de 70 municipios en Argentina, alcanzando casi 10 millones de habitantes (el 20% de la población total). Vecinos, organizaciones sociales y gobierno se reúnen en los Foros Cívicos para acordar sus aspiraciones democráticas, compararlas con la realidad y buscar caminos para mejorarla.
La Subsecretaría publica en cada municipio un informe sobre la calidad de la democracia, con eje en la cultura cívica, la participación en políticas públicas, la rendición de cuentas y el trato al ciudadano. Este diagnóstico es debatido en una audiencia pública, donde gobierno y comunidad conciertan medidas para abordar los desafíos que se presentan.
El Dipló conversó con Oyhanarte acerca de esta nueva experiencia en América Latina, su impacto y la posibilidad de resignificar el rol político de la sociedad civil, en un país donde la democracia comenzó a renacer hace veinticinco años.

¿Con qué se encuentra cuando llega a un municipio?

Nosotros implementamos el programa en aquellos municipios en los que el intendente toma la decisión política de llevar adelante esta tarea con su comunidad. Y antes de iniciar el proceso, mantenemos una serie de reuniones con el equipo de gobierno y con organizaciones locales. Por lo tanto, ya sabemos que nos vamos a encontrar con fuerzas vivas de la comunidad que están comprometidas con el objetivo del programa y conocen su alcance. Y cada vez más, confirmamos la intuición que tuvimos cuando empezamos esta tarea: en ese momento consideramos que había que promover las cuestiones relacionadas con la institucionalidad a partir del trabajo en los municipios, ya que la cercanía es un factor fundamental para lograr cambios. Además, en los últimos años, la mayor participación fuera de los canales políticos está asociada al fortalecimiento de las instancias de deliberación a nivel local.

¿Cuáles son las principales demandas sociales hacia la dirigencia política?

Políticas de empleo, mayor seguridad, mejor calidad de salud y más transparencia en la gestión de gobierno. Además, se observa una fuerte demanda que atraviesa todos los temas: desde el incremento del diálogo hasta la ampliación de la participación ciudadana, esenciales a la hora de la conformación de liderazgos modernos.

¿Se detectaron progresos en las estructuras institucionales al cabo del programa?

Sí, hubo muchas y diversas iniciativas, de acuerdo a cómo cada comunidad ha entendido que podía innovar en ese aspecto. Algunos municipios sancionaron ordenanzas de acceso a la información. Otros las tenían, pero no las aplicaban y la propia comunidad las desconocía; con algunos estamos colaborando para implementarlas. Además, los municipios han ido ampliando y mejorando los canales de participación. En Crespo (Entre Ríos), por ejemplo, se ha habilitado la Banca Ciudadana en el Concejo Deliberante, otros municipios crearon oficinas de participación ciudadana, como ocurrió en Catamarca. Se desarrollaron también estrategias de planificación y procesos de presupuesto participativo que permiten la decisión ciudadana en el uso de recursos públicos. Existen otros casos interesantes como “el interforo entrerriano”, cuya finalidad fue proponer a los constituyentes que la futura Constitución provincial contemple la cláusula de participación ciudadana y acceso a la información. Y lo lograron: ya está en vigencia. Además es importante mencionar las propuestas y opiniones sobre la educación nacional que enviaron nueve Foros Cívicos cuando el Ministerio de Educación promovió un debate por la nueva ley de educación.

¿Cuáles son las principales dificultades que perciben?

A través de la implementación del programa, la comunidad trabaja en profundidad y comprende que la participación requiere organización y persistencia. Descubren que hay gran desconocimiento de los derechos y deberes, de las competencias de los distintos niveles de gobierno y de cómo los ciudadanos deben gestionar sus reclamos, entre otros.

¿Qué tipo de reforma institucional hace falta en Argentina?

La principal consiste en establecer reglas de juego claras entre gobernantes y gobernados. Para lograrlo, es necesaria una profunda transformación cultural: el cumplimiento de las reglas está vinculado con la necesidad de salir de la anomia que nos caracteriza. Implica creer que las leyes no son un mero consejo sino un imperativo. Éste es el aspecto más importante que tenemos que abordar en materia de institucionalidad.

¿Qué experiencias considera relevantes?

Una gran cantidad de iniciativas se convirtieron en proyectos. Como, por ejemplo, plataformas de información pública o el proyecto de ley de foros juveniles impulsado por quienes en su momento coordinaron Foros Cívicos. Es tan visible el impacto de las comunidades que se organizan para activar las capacidades locales, que el Gobierno de Nueva Zelanda financia, con un subsidio, los proyectos de cinco Foros Cívicos durante cuatro años. Otro caso es el del intendente Martín Sabbatella de Morón y su equipo de gobierno, quienes aplicaron, a través de la Auditoría, el presupuesto participativo, y lograron ponerlo en marcha con éxito a través de ferias de proyectos. Por otra parte, en Diamante (Entre Ríos), se llevó adelante un proyecto denominado “Cada calle con su nombre, cada casa con su número” a través del cual se señalizó el espacio público lográndose la integración de una comunidad que decidió superar la brecha entre centro y periferia. La misma comunidad desarrolló una campaña de lectura callejera de autores de prestigio para todos los sectores sociales, con muy alto impacto en los barrios más pobres. Dos municipios de Buenos Aires, Pergamino y Olavarría reiteraron el trabajo de campo, en base a las preguntas que planteamos en la auditoría, para ver qué resultados tuvieron las acciones que tomaron después de los compromisos asumidos en la audiencia pública. Y los índices los han asombrado: han mejorado cada una de las prácticas democráticas, y la relación y el diálogo con el intendente se ha vuelto mucho más fluida. Además, los miembros de los foros organizan distintas actividades para la comunidad: por ejemplo, talleres de capacitación para ciudadanos designados como autoridades de mesa, seminarios de educación vial, así como sobre cultura cívica y participación, y charlas sobre adicciones y problemas de alcoholismo destinadas a los jóvenes. Y en las últimas elecciones generales, varios Foros Cívicos hicieron entrevistas públicas a los candidatos.

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